La característica más acusada del
paisaje natural almeriense, es la de su aridez características de los espacios
mediterráneos aumentada en Almería por su posicionamiento geográfico en el
levante y por la disposición del relieve que impide que penetren las masas de
aire húmedas del Atlántico.
La vegetación depende de muchos
factores, entre los que destacan la publiosidad y el tipo de suelo. De esta
forma, en las cumbres de Sierra Nevada y los Filabres la vegetación
predominante es el piornal y enebral, adaptados a las condiciones físicas de la
alta montaña. Mientras, en las zonas de media montaña predomina el encinar.
El encinar también es la vegetación dominante en las zonas secas con suelos básicos, con una mayor extensión en la Sierra de Gádor, en Sierra Alhamilla se encuentra uno de los encinares más extensos y mejores conservados de la provincia.
Las zonas semiáridas del interior son pobladas principalmente por lentiscos que rodean en forma de orla las principales zonas montañosas. Esta vegetación está muy degradada y con mucha frecuenta deriva a espartales. Al acercarnos a la costa y bajar la altitud, aumente el carácter árido de la vegetación. En las depresiones del Campo de Níjar, y en el valle del Almanzora predominan los espinares, que dan al paisaje un claro carácter desértico acrecentado por la fuerte acción antrópica. En esta zona es muy reseñable la gran riqueza florística en muchos casos de carácter endémico. En el Campo de Dalías y el Andarax, con suelos similares pero no tan áridos, en los espinares predomina el arto, si bien la acción antrópica apenas dejan ver restos de vegetación natural. En las Sierras de Cabo de Gata y Cabrera, la altitud hace que se intensifique la acción marina y se desarrolle una vegetación menos rala que en los espacios limítrofes. Por último también son destacables las formaciones edafoxerófilas , donde destacan las formaciones adaptadas a los yesos o edafohigrófilas en las zonas de las desembocaduras de los ríos.
El encinar también es la vegetación dominante en las zonas secas con suelos básicos, con una mayor extensión en la Sierra de Gádor, en Sierra Alhamilla se encuentra uno de los encinares más extensos y mejores conservados de la provincia.
Las zonas semiáridas del interior son pobladas principalmente por lentiscos que rodean en forma de orla las principales zonas montañosas. Esta vegetación está muy degradada y con mucha frecuenta deriva a espartales. Al acercarnos a la costa y bajar la altitud, aumente el carácter árido de la vegetación. En las depresiones del Campo de Níjar, y en el valle del Almanzora predominan los espinares, que dan al paisaje un claro carácter desértico acrecentado por la fuerte acción antrópica. En esta zona es muy reseñable la gran riqueza florística en muchos casos de carácter endémico. En el Campo de Dalías y el Andarax, con suelos similares pero no tan áridos, en los espinares predomina el arto, si bien la acción antrópica apenas dejan ver restos de vegetación natural. En las Sierras de Cabo de Gata y Cabrera, la altitud hace que se intensifique la acción marina y se desarrolle una vegetación menos rala que en los espacios limítrofes. Por último también son destacables las formaciones edafoxerófilas , donde destacan las formaciones adaptadas a los yesos o edafohigrófilas en las zonas de las desembocaduras de los ríos.
Al igual que ocurre con la
vegetación, la fauna de la provincia de Almería presenta una gran biodiversidad
y riqueza. En el Cabo de Gata y Níjar destacan el zorro, el erizo moruno, el
lagarto ocelado y la víbora hocicuda. En la Sierra de los Vélez son
características las aves rapaces, la cogujada, la calandria la bisbita común,
también abundan las culebras y las mariposas. En Sierra Nevada y la Sierra de
los Filabres son también abundantes las aves rapaces y diversos mamíferos
protegidos como la cabra montesa, el gato montés o el jabalí, entre otras.
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